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Interview

2021 SPRING

CULTURE & ART

ENTREVISTA “El Arirang más triste y bello del mundo”

Célebre cantante de jazz con fuertes vínculos europeos, Youn Sun Nah posee una larga y activa carrera. Al pasar más tiempo en Corea por la COVID-19, pudo colaborar con músicos de otros países en el álbum “ARIRANG, The Name of Korean vol. 8”, lanzado en diciembre de 2020.

Nah Youn-sun, directora musical de “ARIRANG, The Name of Korean vol.8”, álbum que explora interpretaciones contemporáneas de la típica canción popular coreana, con el intérprete de geomungo Heo Yoon-jeong en un estudio de grabación.

Lejos de ser un obstáculo, trabajar en remoto permitió una mayor concentración a cada músico y mejorar el sonido del álbum.

Para Nah Youn-sun el tema “Arirang” invita a reiniciarse en tiempos difíciles.

Al ver a Youn Sun Nah en el escenario, uno siente que esta cantante es un instrumento único e incomparable. Las melodías que fluyen sobre su público son delicadas y agudas y se filtran en el corazón de cada oyente. “Momento Mágico”, “Asturias”, “Breakfast in Baghdad” o “Hurt”, son excelentes oportunidades de experimentar la ingeniosa música que Nah puede crear con sus cuerdas vocales.

Reconocida como una de las cantantes de jazz más importantes de Europa, Nah encabeza regularmente escenarios en los festivales de jazz más prestigiosos del mundo, y posee numerosos galardones, incluyendo el de Oficial de la Orden de las Artes y las Letras del Ministerio de Cultura de Francia. Desde que en 2008 firmó con el sello discográfico alemán ACT y luego con el sello estadounidense Warner Music Group en 2019, Nah ha dejado sentir su superlativa presencia.

Más que la música blues estadounidense, “Arirang”, la canción folclórica coreana más conocida tanto en Corea como en el extranjero, parece ser la arteria principal de influencia de esta vocalista de jazz con sede en París. “Cuando canto una triste chanson francesa, siento que mi interpretación es mucho, mucho más triste que la original”, explica. “La forma de ser de los coreanos es conocida: cuando perdemos a alguien próximo lloramos como si se acabara el mundo. En cierto modo, he llevado esa sensibilidad a mis canciones”.

El séptimo y octavo álbum de Nah, titulados respectivamente “Same Girl” y “Lento”, incluyen versiones de “Arirang”, tema que también cantó en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014. Esta vez asume el papel de directora musical en “ARIRANG, The Name of Korean vol. 8”, completamente estructurado en torno a esa canción folclórica que históricamente ha tenido infinitas variaciones. Con treinta y cinco minutos de duración, el álbum incluye seis nuevas versiones de “Arirang”, cada una con artistas de diferentes países, como la pieza de la intérprete de gayageum Kyungso Park y el saxofonista británico Andy Sheppard, o la de Yoon Jeong Heo, intérprete de geomungo, con el trompetista noruego Mathias Eick.

¿Qué diferencia esta versión de “Arirang”?
Como sabe, el año pasado fue especialmente difícil para todos por la COVID-19. Músicos, productores, agencias – todos sufrimos terribles dificultades al desaparecer las actuaciones en directo, pero ninguno dijo: “Se acabó”. En cambio, nos envolvía el lema “Mantente creativo”. Aprendí mucho de esa actitud positiva. No quería cantar un “Arirang” alegre y brillante, de esperanza inventada, así que animé a todos a hacer el “Arirang” más triste y bello del planeta, captando el mundo como es hoy en realidad. Todos accedieron y se lanzaron a esa tarea, y en última instancia el proceso de crear este álbum fue bastante terapéutico para todos.

¿Con qué tipo de músicos quería trabajar?
Quería músicos que estuvieran abiertos a colaborar y que fueran capaces de entender lo que realmente es “Arirang”. Andy Sheppard, por ejemplo, ya había trabajado con Park Kyung-so una vez en el “K-Music Festival” de Inglaterra. Y con Mathias Eick hicimos una gira juntos como dúo, así que sé que posee múltiples habilidades como instrumentista. Puede tocar trompeta, bajo, batería, piano… y hasta instrumentos electrónicos.

Durante años de frecuentes giras por Europa, Nah ha jugado un rol clave al establecer “Arirang” en el repertorio de jazz. Por ejemplo, en su álbum de 2017 “Good Stuff”, el finlandés Iiro Emil Rantala (piano) y el sueco Ulf Wakenius (guitarra) incluyeron un tema titulado “Seoul”, basado en la melodía de la versión regional de Miryang de “Arirang”. Y a principios de la década de 2000, Wakenius se familiarizó profundamente con las versiones de “Arirang” de Miryang, Jindo y Jeongseon mientras trabajaba estrechamente con Nah.]

¿Cómo perciben los músicos extranjeros “Arirang”?
Primero, les suele gustar mucho la melodía en sí. En realidad, interpreté todas las diferentes versiones regionales de “Arirang” para Samuel Blaser, un trombonista suizo que colaboró en “ARIRANG-19” con el dúo CelloGayageum. Estaba tan impresionado ante tantas versiones que dijo sentirse repleto de inspiración y me envió un verdadero torrente de reinterpretaciones.

¿De dónde procede esa fuerza?
Considero que es inherente al minyo o canción popular. Y para los extranjeros es novedoso. Es como descubrir un tipo de música totalmente nuevo, y puede despertar un interés muy fuerte. “Arirang” tiene huesos simples, pero hay algo singular en sus ritmos. Eso hace posible que cada uno experimente lo que más le interese, y más aún si hablamos de músicos de jazz. Después de todo, si un músico de jazz siente cien cosas diferentes, puede expresarlas de cien formas diferentes, una por una. Les interesaron mucho los ritmos irregulares, con 5 o 7 tempos.

Este álbum se hizo a distancia. ¿Supuso un problema?
Por la pandemia todos estábamos físicamente muy distantes y era imposible reunirnos. Así que empezamos por los músicos coreanos, cada uno creando y grabando nuevas interpretaciones de “Arirang”. Ellos enviaron su trabajo, bien directamente o a través de mí, a sus colaboradores en el extranjero por internet (correo electrónico, messenger o redes sociales). Entonces, esos músicos en la lejanía escuchaban el archivo y enviaban sus arreglos.

Naturalmente, no fue algo fácil ni de una vez. Repetimos el proceso muchas veces, reelaborando cada pieza de arriba a abajo hasta que todos estuvieron satisfechos con el resultado. Pero salvo por la diferencia horaria, fue como cualquier otro proceso de composición colaborativa. Incluso en algunas de las piezas hice yo la remasterización final.

¿Cómo fue 2020 sin sus giras habituales?
Bueno, nunca había podido pasar tanto tiempo con mis padres. Antes, mi casa en Corea era casi como un hotel donde pasaba cortos periodos antes de irme de nuevo. Para ser honesta, también tuve cierta depresión y ansiedad. De la nada surgían pensamientos como: “¿Hasta dónde he llegado realmente en mi vida?”. Soy bastante sensible en y conjunto la situación me afectó mucho. Algunos amigos cercanos me comentaron que, en tiempos como estos, las redes sociales podían ser una buena herramienta, pero nunca recurrí a ellas.

Al comenzar la pandemia, en vez de escuchar música me enfoqué en limpiar, ordenar y pasar tiempo con mis padres. Cuando empecé a escuchar música de nuevo, básicamente redescubrí la música europea. De algún modo, sentía cada álbum como la banda sonora de una película. Si bien antes había sentido euforia al escuchar a Stevie Wonder o a Herbie Hancock, sentada en mi propia casa escuchando lentamente muchos álbumes en su totalidad, comprendí cómo la música también puede contar una historia larga y completa.

Por supuesto, ese arco narrativo es algo que siempre se valora al elegir los temas, pero este álbum fue una oportunidad real para comprender, a un nivel más profundo, su importancia. También fue un período en el que volví a sentir cuánto poder curativo real puede hallarse en el arte y la música. Al coordinar este álbum, les dije a todos: “No hagáis temas cortos. Hacedlos lo más largos posible, decid hasta la última cosa que queráis decir”.

Colaboradores de “ARIRANG, The Name of Korean vol. 8”: (izda., primera fila) el músico de geomungo Heo Yoon-jeong, el baterista Michele Rabbia (Italia), el saxofonista Andy Sheppard (Inglaterra), el vocalista de minyo de Gyeonggi Kim Bora (Corea); (segunda fila) el acordeonista Vincent Peirani (Francia), el intérprete de geomungo Heo Yoon-jeong, el flautista Joce Mieniel (Francia), el intérprete de daegum Lee Aram (Corea); (tercera fila) el vocalista de pansori Kim Yulhee (Corea), el intérprete de gayageum Park Kyungso (Corea), el trompetista Mathias Eick (Noruega) y el percusionista Hwang Min-wang (Corea). Faltan el dúo coreano Cello- Gayageum y trombonista suizo Samuel Blaser.

“A rirang tiene huesos simples, pero hay algo singular en sus ritmos. Eso permite que cada músico experimente lo que más le interese, y más aún si hablamos de músicos de jazz”.

Este álbum podría ser un buen acompañamiento para actividades como yoga o entrenamientos en casa.
Eso podría estar bien, pues no requiere total concentración para escucharlo. Es música agradable para fregar platos o estar ocioso por casa, incluso sin hacer nada en absoluto. Pero a aquellos que tengan tiempo y espacio, les recomiendo profundizar y escucharlo con plena atención. Entonces, casi podrán sentir como si siguieran el arco narrativo de un largometraje.

¿Cuáles son sus planes para 2021?
Estoy preparando mi segundo álbum con Warner Music. Será mi undécimo álbum, y espero comenzar pronto a trabajar en él en Nueva York y en Los Ángeles, para entrar al estudio de grabación en abril. He estado considerando volver a los temas acústicos, pero aún no he decidido nada. Estoy buscando nuevos formatos. Y si la situación de la COVID-19 mejora, tengo unas diez actuaciones en Europa para marzo. Sinceramente espero que este año traiga días más felices para todos los músicos, los artistas y la gente en general.

Lim Hee-yun Periodista, The Dong-A Ilbo

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