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Art Review

2022 SPRING

En busca de un nombre perdido

Choi Wook-kyung (1940-1985) fue una destacada pintora abstracta que emprendió un audaz viaje para abrazar las nuevas tendencias artísticas internacionales. Una extensa retrospectiva titulada “Wook-kyung Choi, Alice’s Cat”, expuesta del 27 de octubre de 2021 al 13 de febrero de 2022, en el Museo Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo (MMCA) en Gwacheon, exploraba su legítima posición en el arte moderno coreano.


Para mucha gente, Choi Wook-kyung no es un nombre familiar. Al igual que con Park Re-hyun (1920-1976), a quien el MMCA dedicó una retrospectiva póstuma a gran escala en el centenario de su nacimiento, parecía que el nombre de Choi sería olvidado tras su repentina muerte, pues la historia del arte muestra principalmente una perspectiva masculina. Revisar la trayectoria de Choi, y como construyó su identidad artística y literaria desde la década de 1960 hasta la de 1980, yendo de un lado a otro entre Corea y Estados Unidos, es llenar vacío en la historia del arte femenino en Corea y, reescribir la Historia del Arte en sí.

“Sobre la cuerda floja”1977. Acrílico sobre tela. 225 × 195 cm. Museo de Arte Leeum.Las pinturas de Choi Wook-kyung de mediados y finales de los 70 se caracterizan por su vitalidad, a partir de la mezcla de formas orgánicas que se asemejan flores, montañas, pájaros y animales.

 

“Martha Graham”1976. Lápiz sobre papel. 102 × 255 cm. Colección privada.Dibujo a lápiz inspirado en la bailarina contemporánea estadounidense Martha Graham. La forma blanca de alas extendidas como si bailara o volara, posee un elevado sentimiento épico.

Ampliar horizontes
La exposición abordaba tres temas por orden cronológico, más un epílogo con retratos y material de archivo que arrojaba luz sobre la artista. En la última sección, los visitantes encontraron el “arte preparatorio para la universidad” que Choi aprendió en la Escuela Secundaria de Artes de Seúl. Sus pinturas de esos primeros años no mostraban tanto su estilo individual como las convencionales técnicas transmitidas desde el período colonial. Como estudiante de pintura occidental en la Universidad Nacional de Seúl, presentó sus obras en concursos y fue premiada, algo que llamó la atención del círculo artístico. Pero hasta que fue a estudiar a Estados Unidos, su trabajo siguió siendo visto como extensión de la educación artística para ingresar a la universidad.

Choi recibió clases particulares de famosos pintores durante la escuela secundaria. El método de formación entonces respetaba las costumbres de la jerarquía patriarcal, y probablemente le exigieron seguir el estilo de sus maestros. En una entrevista con Korea Herald de 1978, señalaba las diferencias entre la educación artística estadounidense y la coreana, afirmando que la primera respetaba la identidad de las obras de los artistas.

La retrospectiva del MMCA incluyó un poema titulado “Mother’s Bedtime Story”, escrito por Choi en 1972. Describe cómo encuentra un lobo en el bosque y camina de la mano con él como amigos, aunque su madre le advirtió que nunca mirase a un lobo a los ojos si se topaba con alguno, que no respondiera si le hablaba y que se negara a dar un paseo con él si la invitaba. Con “ir de la mano con el lobo”, probablemente quiso mostrar su determinación de romper los tabúes familiares y ampliar horizontes. En 1963, su vida en el extranjero comenzó en la Academia de Arte Cranbrook en Bloomfield Hills, una pequeña ciudad de Oakland, Michigan (Estados Unidos), donde vivió grandes cambios vitales y artísticos.

Explorar su identidad
La primera sección de la exposición, “To America as Wonderland (1963-1970)”, arrojaba luz sobre la vida de Choi como estudiante en Cranbrook y, luego como profesora asistente en Franklin Pierce College en New Hampshire. La década de 1960 en Estados Unidos fue un período de transición del expresionismo abstracto a la abstracción post-pictórica. Como alumna del profesor Donald Willett (1928-1985), cuyo estilo refleja esa época de cambio, Choi trabajó en pinturas abstractas marcadas por fuertes pinceladas y colores. Su exposición en el Museo de Arte de Cranbrook de expresionistas como Willem de Kooning, Mark Rothko y Jackson Pollock, la ayudó en gran medida a comprender el arte contemporáneo.

Tras graduarse en Cranbrook en 1965, asistió a la Escuela de Arte del Museo de Brooklyn en Nueva York durante un año y, en el verano de 1996, participó en el programa de residencia en la Escuela Skowhegan de Pintura y Escultura en Maine. En dicho periodo Choi entró en contacto con estilos y medios de la Costa Este, incluyendo el arte figurativo, el arte gráfico, la impresión y el arte pop, y comenzó a incluir retazos de diarios rasgados en sus lienzos, yuxtaponiéndolos a una superficie de color o coloreando imágenes de revistas. A través de estos métodos, intentaba reaccionar al modernismo neodadaísta y al arte pop.

Como indican “Alice’s Cat” y “Wonderland”, títulos de la exposición, una parte significativa del mundo artístico de Choi se basa en la novela de Lewis Carroll, “Alice’s Adventures in Wonderland” (1865). En 1965, ante la proliferación de libros por el centenario de la novela, Choi pintó “Alice, Fragment of Memory”, y su poemario de 1972, “Like Unfamiliar Faces”, incluía una poesía titulada “Alice’s Cat”. La conservadora Jeon Yu-shin, a cargo de la retrospectiva del MMCA, lo explica como una metáfora de una “mujer extranjera de Asia”. Confundida sobre su propia identidad cultural, Choi pudo empatizar fácilmente con la historia de Alicia, y explorar su identidad con obras como “Fate” (1966), “In Peace” (1968) y “Who Is the Winner in This Bloody Battle?” (1968), donde se posicionaba en contra de la discriminación racial y de la guerra. Gradualmente, Choi se adaptó a la sociedad estadounidense.

“Alicia, fragmento de memoria”1965. Acrílico sobre tela. 63 × 51 cm. Propiedad: familia de la artista.Como asiática que buscaba su identidad artística en Estados Unidos en los años 60, Choi halló en “Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll una fuente de inspiración. Es su primer trabajo sobre el tema de Alice.

“Sin título”1966. Acrílico sobre papel. 42,5 × 57,5 cm. Museo de Arte Leeum.Mientras estudiaba en EE. UU., Choi pintó muchos autorretratos explorando su verdadero interior. Intentó superar sus percibidas limitaciones como mujer asiática.

En su mundo
La segunda sección de la exposición, “Korea and America, In Between Dream and Reality (1971-1978)”, repasaba los continuos viajes de Choi entre Estados Unidos y Corea, trabajando en ambos países. Luego regresó a Seúl en 1971 donde permaneció hasta 1974, realizó dos exposiciones individuales y presentó tres instalaciones a Independent, una selección de artistas para la Bienal de París, incluida “Curiosity” (1972), obras que seguían intencionadamente las tendencias de la época. También se interersó en dancheong (pintura decorativa en edificios de madera), minhwa (pinturas populares) y en la caligrafía, y experimentó con diferentes estilos de artes visuales tradicionales.

En 1976-1977, se unió al programa residente del Roswell Museum & Art Center de Nuevo México, años que fueron otro punto de inflexión en su vida y dejaron significativos cambios en su trabajo. Se centró en grandes pinturas, expresando vívidamente formas orgánicas que se asemejan a montañas, pájaros y animales, como muestran “Collaged Time” (1976) y “Joy” (1977). Inspirada en el exótico paisaje de Nuevo México, mezcló escenas de sueños surrealistas de “Alice’s Adventures in Wonderland” creando su propia retórica pictórica. Y tras regresar a Corea, montó una exposición itinerante titulada “Impressions of New Mexico (1978-1979)”, que fue criticada por “ser estadounidense”. Pero enonces Choi ya se encaminaba a su propio mundo, uno que desafiaba una definición tan simple.

“Monte. Gyeongsan”1981. Acrílico sobre tela. 80 × 177 cm. colección privada.

“Montañas que flotan como islas”1984. Acrílico sobre tela. 73,5 × 99 cm. Colección privada.Choi volvió a Corea en 1979 y enseñó en la Universidad de Yeungnam en Daegu. Se sintió atraída por el paisaje natural de las provincias de Gyeongsang, donde contempló las formas de montañas e islas.

Choi posa en su estudio a principios de la década de 1980. Nacida en Seúl en 1940, estudió pintura en la Universidad Nacional de Seúl y luego en la Academia de las Artes de Cranbrook en EE. UU., donde vivió el paso del expresionismo abstracto a la abstracción pospictórica. Allí experimentó ese cambio de primera mano y exploró vigorosamente su identidad artística.
Cortesía del Museo Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo


La tercera sección, “To the Mountains and Islands of Korea and the Home of Choi’s Painting (1979-1985)”, mostraba sus obras de profesora en la Universidad de Yeungnam en Daegu y en la Universidad Femenina de Duksung en Seúl, tras volver a Corea en 1979, donde permanecería hasta su muerte en 1985. Sus días en la Universidad deYeungnam trajeron aún más cambios en su arte. Pintó “Mt. Gyeongsan” (1981) y “Mountains Floating Like Islands” (1984), inspiradas en las montañas y los mares de las provincias de Gyeongsang. Colores de tono medio, con líneas y composición contenidas, dejan ver que Choi ya no estaba confundida, sino pacíficamente asentada en el “País de las Maravillas”. Estudió formas de montañas y de islas, y su profundo interés en el orden de los pétalos de las flores y los colores intensos, la llevó a pintar obras como “Red Flower” (1984).

 

“Wook-kyung Choi, Alice’s Cat”, retrospectiva a gran escala del Museo Nacional de Arte Moderno y Contemporáneo de Gwacheo (27 de oct. de 2021-13 de feb. de 2022) arroja luz sobre Choi Wook-kyung, destacada pintora abstracta, en activo desde la década de 1960 hasta mediados de los 80.
© Gian

Nombre perdido
En su poema “My Name Is”, Choi se refería a sí misma como una niña asustada cuando era pequeña, una niña muda que perdió la voz entre rostros desconocidos al estudiar en el extranjero, que perdió su rumbo persiguiendo arcoíris cuando finalmente se adaptaba a su vida estadounidense, y que perdió su nombre después de regresar a Corea.

Se esforzó constantemente en aprender poesía y pintura para reencontrar su nombre, pero no fue sencillo. Durante las décadas de 1970 y 1980, cuando estaba más activa, la tendencia principal en Corea era la pintura monocromática, que compartía el estilo de la abstracción post-pictórica. El historiador del arte Choi Yeol dijo que Choi Wook-kyung había asimilado totalmente el expresionismo abstracto, algo que el círculo artístico coreano menospreció como algo pasado. También debió confundirla el chovinismo machista de la comunidad artística, que aludía a Lee Krasner como “Sra. Jackson Pollock”. Sin saber qué le pasó factura, murió en 1985 con cuarenta y tantos años.

En 2021, el Centro Pompidou de París programó la exposición “Women in Abstraction”, con 500 obras de 106 artistas femeninas que contribuyeron al arte abstracto, incluyendo tres cuadros de Choi. No debió ser fácil presentar el lenguaje que buscaba y deseaba usar con solo tres cuadros. Dicho esto, la retrospectiva de Choi Wook-kyung es un punto de partida para reescribir su historia, y la historia del arte de las mujeres.



Bae Woo-ri Periodista, Monthly Art

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