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2021 WINTER

Un pódcast con voces de cambio

“Sabujak”, un pódcast producido por alumnos universitarios, abre el micrófono a refugiados norcoreanos esperando que sean más aceptados en la sociedad surcoreana. Su emisión en la radio les ayuda a “bajar la guardia” en conversaciones sinceras con nombres ficticios.

“Seré sincero: soy de corea del norte”.

Cualquier refugiado norcoreano que viva en Corea del Sur precisa considerable valor para decir esa simple frase, pues normalmente genera sospechas, burlas y discriminación.

“Sabujak” (podcast_sabujak) intenta mitigar tan dura actitud a través de sinceras conversaciones con refugiados norcoreanos. Este pódcast de radio, a cargo de alumnos universitarios en Seúl, tiene como objetivo eliminar los prejuicios hacia los reasentados del Norte y romper el muro emocional que los segrega.

En el mundo ideal de estos alumnos, decir “soy de Corea del Norte” debería provocar una respuesta tan indiferente como, “Ah, ¿sí? Yo soy de Daegu”, en vez de condescendencia. De ahí el nombre del pódcast: una pensada mezcla de palabras coreanas que significan “pequeña charla fraternal con amigos de Corea del Norte”.

La mayoría de los invitados se resisten a revelar su identidad, por temor a que sus familias en el Norte puedan sufrir abusos. Prefieren apodos como “Kyongsong hongo de pino” o “Hyesan arroz de patata”, que aluden a platos típicos del condado de Kyongsong, en la provincia de Hamgyong del Norte, y de la ciudad de Hyesan, en la provincia de Ryanggang.

La promesa del anonimato ayuda a persuadir a los norcoreanos de ser entrevistados. Al empezar la emisión, la mayoría de los invitados vacilan. Pero pronto, los pensamientos nostálgicos parecen disipar ese reparo a hablar con franqueza sobre su vida y lugar de nacimiento. Al salir del estudio de grabación, muchos dicen sentirse más confiados para afrontar su vida en el Sur, y mostrarse más comunicativos.

“Después de grabar cada programa, los invitados dicen: ‘Hasta ahora he intentado olvidar los malos recuerdos de Corea del Norte, pero tras contar hoy mis experiencias, acepto algo más mi pasado’. Entonces, me siento feliz por el pequeño efecto positivo que nuestro pódcast pueda tener en ellos”, explica Park Se-ah, alumna de la Universidad de Yonsei y productora del programa. Se unió al pódcast como voluntaria tras dar clases a niños norcoreanos, por su incipiente interés en los refugiados de Corea del Norte.

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La mayoría de los invitados a Sabujak, un pódcast producido por estudiantes universitarios, desea el anonimato, pero algunos permiten revelar su nombre o su rostro. Park Ye-young, director de la Cooperativa Unificada de Corea, salió tres veces en el programa del 11 al 13 de octubre de este año bajo el pseudónimo “Kim Chaek Hairy Crab”. Integrantes de Sabujak, Park Se-ah, Ahn Hye-soo y Park Ye-young (desde la izquierda).
© Sabujak

EL COMIENZO
El podcast nació en 2018. Fue una creación de Park Byung-sun, entonces alumno de Administración de Empresas en la Universidad de Yonsei. Ahora trabaja en una consultora.

“Lo lancé con el anhelo de que los surcoreanos no se sintieran tan distanciados de los refugiados norcoreanos, y fueran más amigables con ellos al escuchar sus experiencias en un pódcast”, recuerda Park. “Sentí que no debía alejarme de los prejuicios y la discriminación que sufren en nuestra sociedad. Así, llegué a la conclusión de lanzar un pódcast que narrara sus historias sin editar, tal como son”.

La primera emisión fue en agosto de 2018 a través de Project Jieum, un club de Yonsei afiliado a Enactus (una ONG sin ánimo de lucro fundada por el Instituto Nacional de Liderazgo de EE. UU.). En 1975. Jieum, cuyo significado metafórico es “amigos íntimos”, amplió su base más allá de Yonsei para incluir alumnos de la Universidad Católica de Corea, de la Universidad de Sogang, de la Universidad Nacional de Seúl, de la Universidad de Mujeres Sungshin, la Universidad de Mujeres Ewha y la Universidad de Chung-Ang.

INVITADOS
Tres equipos de tres alumnos llevan el pódcast. Todos han de ser multitarea: enviar invitaciones y rotar entre presentador, editor o director en cada emisión. Los pódcast se graban en Studio Bombyeot (Spring Sunray), cerca de la Universidad Hongik, casi cada semana de los semestres de otoño y primavera, cuyo final se considera “una temporada”. Cada uno tiene tres partes de entre 12 y 15 minutos. El primer segmento trata sobre la comida de la ciudad natal del invitado y su vida en Corea del Norte, el segundo sobre cómo escapar del Norte, y el tercero sobre cómo establecerse y vivir en el Sur.

Antes de grabar, los productores charlan en línea con los invitados para crear una relación natural y plantear el programa, pero el guion no es cerrado, pues es una conversación f luida. En principio, no tratan temas políticos o religiosos, pero a veces salen fugazmente a instancia del invitado. En las primeras temporadas, la mayoría eran estudiantes universitarios, más fáciles de convencer al ser de la misma edad que los productores, pero últimamente llegan invitados de diversas edades, a medida que el programa es más conocido, y los que van lo presentan a familiares y conocidos.

Hasta ahora, han recibido a unos 130 invitados, la mayoría gente corriente. Está diseñado así. Además de tratar la angustia emocional y las barreras que sufren los refugiados en Corea del Sur, los productores buscan crónicas de norcoreanos que nunca hayan sido foco de atención, para convencer a los surcoreanos de que los refugiados tienen más en común con ellos de lo que creen.

Uno de los invitados más destacados fue un hombre de negocios buscado por el Departamento de Seguridad del Estado de Corea del Norte por sus actividades como “bróker de desertores” desde los 15 años. Otro invitado memorable fue un alumno de secundaria apodado “Kilju Meatball”. Nació y creció en el condado de Kilju, en la provincia de Hamgyong del Norte, donde se ubica el centro de pruebas nucleares de Punggye-ri.

A lgunos revelan sus nombres reales, como Na Min-hee, quien con una sólida formación familiar, disfrutaba de una vida cómoda en Pyongyang y consiguió trabajo en Europa para ganar divisas para el régimen de Pyongyang, u otro identificado como Joo Seong-ha, que ahora trabaja como reportero internacional para Dong-A Ilbo, un prestigioso diario de Seúl. Park Ye-young, directora de la Cooperativa Unificada de Corea, quería usar su nombre real, pero los productores le dieron el apodo de “Kim Chaek Hairy Crab”.

“Cuando Park agradeció a los alumnos surcoreanos por lanzar un pódcast con interés genuino en temas como la división y la reunificación, nos animó”, recuerda Ahn Hye-soo. Ella estudia Derecho de la Universidad de Mujeres Sungshin, y su abuelo era oriundo de la provincia de Hwanghae, en Corea del Norte. Se unió al pódcast tras conocerlo por el “boca a boca”.

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Sabujak intenta presentar los detalles de cada invitado refugiado norcoreano con la mayor franqueza posible, sin exagerar ni generalizar. Los pódcast se graban en Studio Bombyeot (Spring Sunray) cerca de la Universidad Hongik. La foto muestra al equipo de Sabujak en el estudio. De izda. a dcha. Ahn Seong-hyeok, Ahn Hye-soo y Park Se-ah.
© Han Sang-moo

OPERATIVA
Desde la 3ª temporada, que comenzó en septiembre de 2019, en la producción también participan Alumnos de Corea del Norte. Entre ellos figuran Ahn Seong-hyeok, estudiante senior de Ciencias políticas en Yonsei, y Park Beom-hwal, alumno de 2º de Educación física de la Universidad Nacional de Seúl. Ahn huyó de Chongjin, en la provincia de Hamgyong del Norte, con sus padres y llegó al Sur en diciembre de 2011. Es el actual director del pódcast.

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Los comentarios son la mejor herramienta de comunicación de Sabujak. Los oyentes dejan mensajes en Instagram, mayormente positivos, y algunos incluso envían “card news” sobre las transmisiones de la semana anterior.

“Me uní al equipo por un amigo que integraba el pódcast”, comenta Ahn. “Me llena de orgullo cuando los invitados dicen que a menudo están demasiado ocupados para pensar en su ciudad natal, pero que pueden hablar de los viejos tiempos gracias a nuestro programa”.

La 7ª temporada comenzó en agosto de 2021. Reciben ayuda para alquilar el estudio de grabación y el coste de emitir en vivo de agencias como la Fundación Wooyang, una organización benéfica; del Centro Cultural para la Integración Intercoreana, dependiente del Ministerio de Reunificación; y del Instituto de Innovación en Educación Superior de la Universidad de Yonsei.

El número acumulado de búsquedas de Sabujak superó las 200.000 en septiembre de 2021, un dato saludable considerando que los pódcast de radio compiten por la atención con los hits de las plataformas de vídeo y los audiolibros. Los oyentes envían mensajes o dejan su opinión por Instagram. La respuesta ha sido positiva, con comentarios alentadores y de apoyo, lo que obviamente anima a estos voluntarios. Y entre los refugiados el pódcast tiene tirón, lo que asegura que no faltarán invitados.

Como complemento al pódcast, los productores han publicado un libro de ensayos titulado “Viviré una vida común pero especial”, una colección de historias de 12 invitados de las temporadas 1 y 2. El libro arroja luz sobre sus motivos para huir de Corea del Norte, sobre cómo se reubicaron, y las dificultades que encontraron en el Sur. Refleja sus pensamientos, emociones y recuerdos, y destaca las similitudes y diferencias entre las dos Coreas.

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Una colección de ensayos titulada “Llevaré una vida común pero especial” presenta alimentos únicos de Corea del Norte con recetas ilustradas. En el libro, 12 invitados al podcast presentan platos de su ciudad natal, con experiencias y recuerdos sobre la comida de su tierra.
© Project jieum

CAMBIO DE PERSPECTIVA
Los productores explican que, al de hablar con sus invitados, comprendieron que su propia visión sobre los refugiados norcoreanos era muy difusa. Admiten que al implicarse en el pódcast, asumieron que todos los refugiados pensarían de modo similar y podrían clasificarse en “una sola categoría”. En cambio, aprendieron que poseen perspectivas y actitudes más sofisticadas. Por ejemplo, no describen a los surcoreanos a grandes rasgos, sino que ven a los sureños como “individuos con características y peculiaridades propias”.

Así, los productores han ido poco a poco abandonando los tópicos, y reconocen que su “desfile de invitados” presenta una cohorte con muchos matices. Ahora intentan retratar a los refugiados norcoreanos, no como un colectivo con una imagen particular, sino como individuos singulares.

“Al debatir en clase sobre la reunificación nacional, los alumnos mantienen opiniones divididas. Resulta desgarrador escuchar a los jóvenes llamarse ‘enemigos’”, detalla Ahn Seong-hyeok. “Quiero emitir las historias de los refugiados norcoreanos por mucho tiempo, para que nuestro pódcast pueda desempeñar f ielmente el papel de puente entre sur- y norcoreanos, para ayudarlos mutuamente a comprenderse mejor”.

Kim Hak-soonPeriodista y profesor visitante, Escuela de Medios y Comunicaciones, Universidad de Corea

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