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2022 SPRING

Música tradicional: remezclas para la escena global

El advenimiento del ‘Joseon Pop’

Un nuevo género apodado como “Joseon pop”, que nace de fusionar pop occidental con gugak (música tradicional coreana), es centro de atención y está listo para expandir los límites del K-pop, pero no surgió de la noche a la mañana.

sEODo Band en el Parque Olímpico de Seúl, dic. de 2021, en gira nivel nacional, continuación de “Pungnyu Daejang” (Masters of Arts), un programa de audiciones televisivas fusión de pop y gugak de la emisora por cable JTCB. Su popularidad atrajo mayor audiencia hacia la música tradicional.
© JTBC, ATTRAKT MJTBC

“Gugak es la música de los coreanos, pero también la más alejada de los coreanos”, expresó un novelista y melómano, señalando la realidad de la música tradicional coreana desde el siglo XX. La música nativa de los coreanos, aunque compartida y transmitida entre ellos durante siglos, se había apartado tanto del gusto contemporáneo que casi se extingue, al quedar profundamente grabada en la mente de las personas como algo pintoresco y anticuado.

Este prejuicio fue un gran obstáculo para la transformación y evolución de la música tradicional coreana pero, irónicamente, también actuó como catalizador de la reciente tendencia “Joseon pop”. Cuando la música tradicional coreana salió de la oscuridad con un atuendo distinto, a la gente le pareció sorprendentemente elegante. Pero no se trata de un giro sin precedentes: la música tradicional coreana siempre ha evolucionado con ideas frescas y sensibilidades renovadas y, tras largos años de estancamiento, ahora recobra atención.

 

Kim Duk Soo (2º por la izda) y la Compañía de Arte Tradicional Cheong Bae actúan en Gwanghwamun Art Hall, oct. de 2015. Kim Duk Soo & Samulnori, un cuarteto de percusión creado en 1978, ofreció numerosos conciertos en el país y en el extranjero, y obtuvo gran popularidad. La Compañía de Arte Tradicional Cheong Bae ha cread o su propia música inspirada en las artes escénicas coreanas tradicionales durante más de 20 años.
© Samulnori Hanullim

Apoyo para preservarla
Desde finales del siglo XX, el apoyo gubernamental para preservar la música tradicional ha sido esencial para su supervivencia y permitió crear nuevas músicas arraigadas en la tradición. En cualquier país, la música tradicional tiende a ser irrelevante en la vida contemporánea, y el mismo destino ha amenazado repetidamente a la música tradicional de Corea. El período colonial japonés (1910-1945) fue la edad oscura, y el estallido de la Guerra de Corea en 1950 condujo a la destrucción de recursos relacionados, incluidos los músicos. La agitación política de la posguerra y las dificultades económicas agotaron aún más su potencial de regeneración. Durante la avalancha industrial y urbanística, desde la década de 1960, la música tradicional quedó al margen, y fue menospreciada como arte premoderno.

Durante recurrentes crisis, continuaron los esfuerzos por preservar el legado de la música tradicional, aunque discretamente. Durante la era colonial japonesa, estuvieron a cargo del Instituto de Música de la Casa Real Yi. Despojada de soberanía, la dinastía Joseon fue degradada a la “Casa Real Yi” y las actuaciones musicales para las ceremonias de la corte fueron casi abolidas. Pero pese a tan hostil clima, el instituto de música real logró reclutar estudiantes y enseñarles música de la corte para mantener viva la tradición. Durante la Guerra de Corea, que estalló unos años después de la liberación y el establecimiento de la República de Corea, fundaron el Centro Nacional Gugak en Busan, la capital de la guerra. Bajo su techo reunió vestigios de recursos musicales y a músicos esparcidos por un país devastado por la guerra. Después del armisticio de 1953, fue trasladado a Seúl y desde entonces está a cargo de preservar la música tradicional, y de su reinterpretación y creación modernas.

La Ley de Protección del Patrimonio Cultural en 1962 también fue crucial, pues introdujo el sistema del Patrimonio Cultural Inmaterial Nacional, que designó áreas de preservación en la cultura y las artes tradicionales, además de brindar apoyo a profesionales calificados para ser “titulares” o “aprendices certificados”. Entre los tipos de música que recibieron ese reconocimiento oficial figuran Jongmyo Jeryeak (música ritual ancestral real), gagok (ciclos de canciones líricas), pansori (canción narrativa), daegeum sanjo (solo en la flauta transversal de bambú) y Gyeonggi minyo (canciones populares de la región de Gyeonggi), entre otros. Curiosamente, muchos de los artistas que lideran la reciente puesta en valor de la música tradicional coreana poseen certificados en artes designadas como Patrimonio Cultural Inmaterial Nacional: Yoon Jeong Heo de Black String fue entrenado en geomungo sanjo (solo en cítara de seis cuerdas); Ilwoo Lee de Jambinai en piri jeongak (música de la corte para oboe de doble lengüeta) y daechwita (música de banda militar); Ahn Yi ho de LEENALCHI en pansori; y la cantante Lee Hee-moon en canciones folclóricas de Gyeonggi.

Coreyah, un grupo de fusión de gugak en el concierto “Clap & Applause” (Baksumugok) en Guri Art Hall, sept. de 2020, en su décimo aniversario. Presenta una fusión única de música pop y étnica mundial, reinterpretando las características de los instrumentos tradicionales.
© Fundación Cultural Guri

Atractivo popular
El Departamento de Música Coreana de la Universidad Nacional de Seúl, fundado en 1959, allanó el camino para convertir la música tradicional en tema de investigación académica. Inspiró a otras universidades del país a abrir departamentos similares, que aumentaron considerablemente en las décadas de 1970 y 1980. Sus graduados destacaron en la escena musical, liderando la promoción de la música tradicional.

A diferencia de la generación anterior, que vio peligrar la tradición por las turbulencias del siglo XX, estos músicos universitarios pensaban que más allá de preservar y transmitir, era importante insuflar nueva vida a la música tradicional para lograr un mayor atractivo. Comenzaron a componer obras creativas con elementos tradicionales modificados al estilo contemporáneo. La definición de “creativo” era bastante amplia entonces, pues incluía obras nuevas basadas en motivos de conocidas canciones populares o piezas de pansori, y arreglos de música clásica occidental para instrumentos tradicionales.

Concretamente, Samulnori (conjunto de cuatro instrumentos de percusión) surgió a finales de los ‘70 y jugó un papel básico en popularizar la música tradicional. Partiendo de ritmos de agricultores de las comunidades rurales, ofrece una animada interpretación con buk (tambor de barril), janggu (tambor de dos cabezas), kkwaenggwari (pequeño gong) y jing (gong). Estos jóvenes músicos ofrecieron emocionantes actuaciones con elementos típicos de esos cuatro instrumentos, animando al público a responder a ritmos edificantes y rescatando la música tradicional de los márgenes donde había permanecido relegada por mucho tiempo.

Transformación
En la década de 1980, mientras el mercado de la música pop crecía rápidamente, surgió una versión popular de minyo con ritmos y melodías distintivos de la música tradicional. Las “canciones pop de Gugak” arraigaron como género de música pop, contribuyendo a un mayor disfrute de la música tradicional. Los acompañamientos que combinan instrumentos coreanos y occidentales allanaron el terreno a la “fusión gugak” en los ‘90.

La ola de globalización que barrió el país con los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988 estimuló la evolución del gugak. Con nuevos mercados, un nuevo orden comercial, y la cultura occidental impregnando su vida cotidiana, los coreanos volvieron la vista a su propia cultura, con grandes éxitos como la canción de Bae Il-ho “Sintoburi” (1993). El título significa “el cuerpo y la tierra no pueden separarse”, y fomenta el consumo de alimentos cultivados en casa. “Seopyeonje”, una película de Im Kwon-taek que representa a cantantes de pansori, se estrenó el mismo año y logró récord de taquilla, además de elogios como “película nacional”. Casi a la vez, un anuncio farmacéutico con el maestro cantante de pansori Park Dong-jin (1916-2003) gritando: “¡Aprecia lo nuestro!” generó un modismo popular por un tiempo.

Jimin de BTS baila con abanicos tradicionales en Melon Music Awards 2018. En el evento de fin de año BTS presentó “IDOL”, con el baile de tres tambores de J-HOPE y el baile de máscaras de Jungkook, obtuvo entusiasta respuesta de la audiencia.
© Kakao Entertainment Corp.

SUGA de BTS en el video musical de “Daechwita”, tema principal de su segundo mixtape “D-2” (2020). Combina hábilmente trap beat con sonido de instrumentos tradicionales de daechwita, música de los procesos reales de la dinastía Joseon.
© HYBE Co., Ltd.

Con motivo del 600º aniversario de Seúl como capital de Corea, el gobierno designó 1994 como el “Año de visita a Corea” y “Año del Gugak” para promover el turismo. A fin de atraer turistas internacionales, promocionaron la música tradicional como uno de los principales productos culturales del país, aunque años más tarde, la crisis financiera asiática asestó un duro golpe al círculo artístico-cultural. Muchos músicos tradicionales se vieron obligados a pensar por qué tipo de música optar para ganarse la vida.

A fines de los ‘90, y gracias a la difusión de Internet, los músicos tradicionales y el público en general tenían a su alcance mucha música de otros países. Descubrieron que había un género llamado “músicas del mundo”, basado en tradiciones musicales de cada país. La música del sur de Asia, de África y de otras zonas se convirtió en rica fuente de inspiración. Previamente, el repertorio de música tradicional coreana para actuaciones en el extranjero se limitaba a clásicos consagrados, pero a medida que presentaron más estilos de fusión en festivales internacionales, el público respondió favorablemente. A la vanguardia de esa tendencia estaban Percussion Ensemble Puri, dirigido por el compositor Won Il, y el grupo de música mundial GongMyoung.

Gradualmente, se generalizó que la sucesión creativa de la tradición implica transformación y renovación, algo consistente con la decisión de la UNESCO de inscribir la canción folclórica coreana “Arirang” en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, al considerar que los coreanos aún cantan esa antigua canción, y se transmite en distintas versiones entre individuos y comunidades.

 

Imagen fija del concierto en línea de la cantante Lee Hee-moon, “Minyo”, retransmitido en vivo por Internet Naver en julio de 2021. Publicada antes del concierto, la imagen representa la fantástica visión del personaje epónimo creado por Lee. Su nombre es parodia de minyo, canciones populares tradicionales.
Cortesía de Lee Hee Moon Company

Colaboración y sinergia
“Joseon pop” nace de esta larga historia y antecedentes, que ofrecieron un terreno fértil para el nacimiento de bandas más conocidas en el extranjero que en casa, como Black String, Jambinai y LEENALCHI. El éxito del Festival Yeo Woo Rak surgió de ese mismo suelo. El festival anual, organizado por el Teatro Nacional de Corea, comenzó en 2010 como evento nacional, pero se ha convertido en un festival de música mundial rebosante de ideas creativas e inspiraciones de jóvenes músicos.

Recientemente, artistas de otros campos y el público en general ven la música tradicional bajo un prisma totalmente distinto. El programa de audición “Pungryu Daejang” (Masters of Arts), emitido en JTBC entre septiembre y diciembre de 2021, mostró una desenfrenada experimentación de jóvenes músicos que entusiasmó al público con su música desconocida pero elegante. Otra tendencia es la activa colaboración entre músicos tradicionales y artistas de otros géneros, como teatro, danza, cine, musicales y bellas artes, buscando crear algo diferente. La cantante Lee Hee-moon, que ha trabajado con muchos artistas de moda, artes visuales y videos musicales, explicaba en una reciente entrevista: “Sin duda es importante preservar intacta nuestra música tradicional, pero a menudo pienso en ella como arma secreta para impulsar un cambio creativo en otros géneros artísticos”.

Queda por ver si “Joseon pop” podrá mejorar su atractivo para conquistar a los seguidores de la música mundial que buscan cosas únicas de todo el planeta.



Song Hyun-min Crítico musical; Editor-jefe, Auditorium

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