La industria de la moda, cuya virtud es la búsqueda de la novedad, fomenta la producción y el consumo sin fin, que tienen un impacto significativo en el clima. Pero ahora es crucial para todos replantear unos hábitos de moda amigables para los humanos y para la Tierra.
WearAgain Lab es una start-up sin ánimo de lucro que busca crear conciencia sobre el impacto nocivo de la industria de la moda en el medio ambiente y reducir el desperdicio de ropa.
© WearAgain Lab
Al caminar por calles principales es fácil sentirse abrumado por la gran cantidad de ropa en cada tienda, incluso hasta preguntarnos quién y cuándo la compran. Las marcas de moda rápida lanzan colecciones semana tras semana, particularmente en las grandes ciudades, generando tendencias de moda, y cada temporada fabrican ropa nueva a gran escala. Por eso, aunque nuestros armarios estén repletos de ropa, al menos una vez por temporada comentamos: “¡no tengo nada que ponerme!”
Centro de investigación por una moda sin residuos
Aquellos a los que les gusta cambiar de atuendo pero les preocupa el impacto ambiental de la industria de la moda, o que no desean almacenar tanta ropa que apenas usan, pero es demasiado buena para tirarla, debería visitar WearAgain Lab. Este centro de investigación sin ánimo de lucro y start-up de moda sin residuos, analiza numerosos factores del sector y promueve la reutilización de la ropa.
La principal actividad de WearAgain Lab es patrocinar “Fiestas 21%”, donde la gente intercambia ropa de segunda mano para promover la recirculación de recursos. El nombre proviene del porcentaje promedio de ropa que una persona deja sin usar y prácticamente abandonada. Los asistentes deben llevar su ropa sin usar para intercambiarla con la de otros. Ese vestido que alguien conservó por años con la esperanza de adelgazar lo suficiente, ese accesorio que no hace juego con nada, ese par de zapatos comprados por impulso que no combinan con el resto del armario, o esa pieza que atesora entrañables recuerdos pero que ya nadie usa… Estos son los tipos de prendas que suelen llevar a las Fiestas 21%. En vez de la etiqueta del precio, cada artículo tiene una “etiqueta de recuerdos” con una breve nota del propietario sobre el artículo, factor que añade diversión y entretenimiento. El proceso de intercambio en esas fiestas genera una interesante experiencia donde los usuarios navegan por el pasado de otra persona y por la historia adherida a su ropa.
Reutilizar más que reciclar
La etiqueta Goodbye&Hello, permite a los usuarios contar las historias de la ropa que llevan a las Fiestas 21%.
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Según las estadísticas del Ministerio del Medio Ambiente sobre el volumen de residuos producidos y procesados a nivel nacional, en 2021 los residuos reciclables totalizaron 118.000 toneladas de ropa usada o scrap clothing. Al sumar tanto las fibras reciclables como las que se desechan con los residuos domésticos, el total aumentó hasta 412.000 toneladas. El quid de la cuestión es que cada día se fabrica y se desecha demasiada ropa en el mundo.
La innovación es necesaria para seguir ofreciendo novedad y ayudar a reducir las montañas de residuos textiles, por eso WearAgain Lab no promueve el upcycling (suprarreciclaje) ni el reciclaje, sino la reutilización. Si bien el upcycling y el reciclaje implican no desechar nada, también consumen recursos. Además, es funcionalmente imposible reciclar o suprarreciclar la enorme cantidad de ropa en los armarios de todo el mundo. Como hoja de ruta, WearAgain Lab sugiere usar la ropa ya fabricada el mayor tiempo posible y desechar el menor volumen de ropa posible. De hecho, esta start-up también intenta reducir el desperdicio de ropa revitalizando la cultura de la moda de segunda mano.
Importancia de los análisis de WearAgain Lab
Las Fiestas 21% son la actividad principal de WearAgain Lab. Son tanto un mercado donde los usuarios intercambian ropa de segunda mano, como un foro que promueve la cultura de la moda sostenible entre los consumidores acostumbrados a la moda convencional. Los asistentes reciben la misma cantidad de tickets como prendas llevan, y pueden canjearlos por otras prendas.
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La moda de la segunda mano tiene infinitas virtudes, pero la mayor alegría que provoca es hallar inesperadamente una prenda encantadora, pues los compradores se someten a ciertos límites, especialmente con la ropa. Sin embargo, los mercadillos de moda de segunda mano invitan a explorar nuevos territorios y les animan a probar nuevos gustos, marcas y estilos.
Al superar la obsesión por las últimas tendencias de moda, también se obtiene una sensación de atemporalidad. En vez de optar por artículos de temporada que no podrán llevar en un año o dos sin sentirse cohibidos, la gente puede mostrar un estilo propio al combinar ingenio y sentido. Ahí es donde la aburrida vida de la moda se enriquece. En las Fiestas 21%, donde toda transacción nace del intercambio de ropa, uno puede descubrir prendas o accesorios inusuales o deliciosos y probarse ropa sin reparos, sin sentimiento de culpa por el medio ambiente.
Además, cuando los asistentes ven que otra persona se prueba su ropa se genera una relación especial. Todos comparten e intercambian su ropa y, poco a poco, ese inquietante futuro se convierte en esperanzador. Pese a todo, las áreas que analiza WearAgain Lab son en gran parte ignoradas por la industria de la moda en general.
Eso no implica que esta start-up ambiental solo persiga emociones, sino prolongar el uso de prendas de vestir que de otro modo serían desechadas, y eso en sí ya posee un significado. Cuanto mayor sea el ciclo de vida de una prenda, menos energía conllevará eliminarla, menos agua y emisiones de carbono, factor bien conocido pero a menudo olvidado o ignorado. WearAgain Lab confirma esa realidad con cifras claras: en abril realizaron una Fiesta 21% durante diez días por la que pasaron 831 personas. Participaron 18 equipos a nivel nacional y recolectaron 2.908 prendas, 2.239 de las cuales se intercambiaron, generando un efecto equivalente a ahorrar 652.601 litros de agua y 17.263 kilogramos de carbono. Cifras tan concretas y significativas son una llamada de atención e ilustran las implicaciones tangibles de los análisis de WearAgain Lab.
Promover la sostenibilidad
Un participante escribe los detalles de una prenda en la etiqueta Goodbye&Hello, como cuándo la compró, cuántas veces se ha usado, un mensaje de despedida de la ropa y un saludo para el nuevo propietario.
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Con sus Fiestas 21%, WearAgain Lab intenta generar cambios en cómo las personas consumen la moda, al tiempo de influir en ese cambio mediante políticas y sistemas. Esta start-up ha lanzado una campaña para aprobar una ley que prohíba a las empresas de moda destruir inventarios y mercancías devueltas. Su iniciativa representa un movimiento concreto e influyente, además de enviar una advertencia a las empresas de moda que solo se preocupan por su imagen de marca y tiran los inventarios sin vender.
En 2021, un programa de KBS que analizaba cuestiones ambientales titulado There Is No Earth for Clothing, encuestó a las siete principales empresas coreanas de moda y reveló que cuatro de ellas quemaban el género que no vendían. Una rehusó ofrecer datos sobre sus prácticas al considerarlos confidenciales, y otra simplemente se negó a responder, mientras que solo una confirmó haber destruido la ropa sin vender. Resulta irónico que por un lado las personas muestren preocupación por el medio ambiente compartiendo y reutilizando ropa de segunda mano, mientras que por otro las empresas mantengan prácticas que desperdician energía y mano de obra, dañando el medio ambiente. Para erradicar esas prácticas irracionales mediante políticas, WearAgain Lab se embarcó en un estudio en profundidad en enero de este año, y tres meses después entregó una petición con 1.363 firmas a la legisladora Jang Hye-young exigiendo adoptar una ley denominada Ley de Prohibición de Desechar Inventario y Mercancías Devueltas.
Los problemas climáticos afectan a todo el mundo, al margen de la atención que se preste a la moda o a la alegría que esta genere. Aunque se anuncie que la ropa ha sido fabricada de forma sostenible, es importante valorar detenidamente si esta supuesta sostenibilidad no está de hecho llevando a la Tierra a la extinción. Productores y consumidores de moda deben adoptar nuevos métodos y hábitos para que las personas puedan seguir disfrutando de nuevas tendencias, pero de forma verdaderamente sostenible y protegiendo el medio ambiente. Ahí la moda de segunda mano surge como posible solución, pues mientras que las tendencias suelen ser efímeras, la moda de segunda mano “nunca pasa de moda”.
Yoo Da-miEditora